El sistema educativo ha sufrido en las dos últimas décadas un proceso involutivo, (vaciamiento de recursos materiales, humanos y de conocimiento), producto de las sistemáticas políticas de destrucción llevadas a cabo por quienes gobernaron durante este período, y siguen gobernando. Hace 22 años que la educación pública de la provincia de Buenos Aires debe soportar el efecto de decisiones que la han ido deteriorando, entendiendo como educación pública a aquella que debe financiar y proveer el Estado.

La ejecución de políticas compensatorias focalizadas, de impacto cortoplacista, han vaciado a la escuela de su función principal: enseñar.

Los fondos destinados a la educación se despilfarran en una estructura orgánico administrativa de excesiva complejidad que sólo sirve para designaciones políticas de funcionarios de dudosa formación y experiencia, que en nada contribuyen a mejorar al sistema educativo, generando una enorme burocracia que dificulta la circulación de la información y las respuestas que el sistema necesita.

Queremos destacar la distancia abismal que existe entre los anuncios y las realizaciones: por ejemplo la construcción de 700 escuelas y 1000 jardines, ¿Adónde están? El estado calamitoso de algunas refacciones, las escuelas inconclusas, la falta de equipamiento escolar, nos hace preguntarnos ¿malversación de fondos o anuncios irresponsables? Y la improvisación ha reemplazado la planificación a largo plazo.

Hoy el Estado Provincial no garantiza:

1. La igualdad de oportunidades ni posibilidades.
2. La formación docente. ( Maestros y profesores)
3. Y fundamentalmente no garantiza una buena calidad educativa para todos los alumnos de la provincia.
4. Que los fondos, planes, programas o proyectos sean equitativos en el sistema y fortalecen el vínculo clientelar en la comunidad educativa (becas).
   

Proponemos:

1. Asignar los fondos necesarios para dar respuesta a las necesidades de de infraestructura, recursos humanos y salarios docentes.
2. Plantear las políticas necesarias para superar la desigualdad, el bajo rendimiento académico, la exclusión, el desinterés y abandono de la escuela.
3. Generar las condiciones reales para la capacitación y actualización continua y en servicio de los docentes.
4. Propiciar una verdadera descentralización administrativa en función de las necesidades de la escuela.
5. Implementar un plan integral de educación para adultos.
   

Como conclusión podemos decir que “nuestra educación” debe ser la herramienta que nos permita transmitir los conocimientos y los valores de “nuestra cultura”; debe ser la idea capaz de llevarnos a la construcción de un proyecto de nación que nos debemos, creemos y queremos.

Defendemos y apoyamos los Consejos escolares, órgano político local de la educación integrado por ciudadanos votados por el pueblo.

La U.C.R. apuesta a la formación cívica y a la educación pública, aquella que indelegablemente debe brindar el Estado. Creemos que la educación democrática forma defensores de las instituciones democráticas, de la Constitución y de un modelo de Nación; los radicales debemos comprometernos urgentemente a obrar para que la idea de que “repensar la Educación, es repensar la Nación”, se convierta en realidad.

Nuestra causa, hoy como ayer, sigue siendo la Causa de los desposeídos y hoy como ayer, seguimos creyendo que el camino para que nuestro pueblo, y sus habitantes, vivan cada día mejor, es la Educación Pública.

El sistema educativo ha sufrido en las dos últimas décadas un proceso involutivo, (vaciamiento de recursos materiales, humanos y de conocimiento), producto de las sistemáticas políticas de destrucción llevadas a cabo por quienes gobernaron durante este período, y siguen gobernando. Hace 22 años que la educación pública de la provincia de Buenos Aires debe soportar el efecto de decisiones que la han ido deteriorando, entendiendo como educación pública a aquella que debe financiar y proveer el Estado.

La ejecución de políticas compensatorias focalizadas, de impacto cortoplacista, han vaciado a la escuela de su función principal: enseñar.

Los fondos destinados a la educación se despilfarran en una estructura orgánico administrativa de excesiva complejidad que sólo sirve para designaciones políticas de funcionarios de dudosa formación y experiencia, que en nada contribuyen a mejorar al sistema educativo, generando una enorme burocracia que dificulta la circulación de la información y las respuestas que el sistema necesita.

Queremos destacar la distancia abismal que existe entre los anuncios y las realizaciones: por ejemplo la construcción de 700 escuelas y 1000 jardines, ¿Adónde están? El estado calamitoso de algunas refacciones, las escuelas inconclusas, la falta de equipamiento escolar, nos hace preguntarnos ¿malversación de fondos o anuncios irresponsables? Y la improvisación ha reemplazado la planificación a largo plazo.

Hoy el Estado Provincial no garantiza:

1. La igualdad de oportunidades ni posibilidades.
2. La formación docente. ( Maestros y profesores)
3. Y fundamentalmente no garantiza una buena calidad educativa para todos los alumnos de la provincia.
4. Que los fondos, planes, programas o proyectos sean equitativos en el sistema y fortalecen el vínculo clientelar en la comunidad educativa (becas).
   

Proponemos:

1. Asignar los fondos necesarios para dar respuesta a las necesidades de de infraestructura, recursos humanos y salarios docentes.
2. Plantear las políticas necesarias para superar la desigualdad, el bajo rendimiento académico, la exclusión, el desinterés y abandono de la escuela.
3. Generar las condiciones reales para la capacitación y actualización continua y en servicio de los docentes.
4. Propiciar una verdadera descentralización administrativa en función de las necesidades de la escuela.
5. Implementar un plan integral de educación para adultos.
   

Como conclusión podemos decir que “nuestra educación” debe ser la herramienta que nos permita transmitir los conocimientos y los valores de “nuestra cultura”; debe ser la idea capaz de llevarnos a la construcción de un proyecto de nación que nos debemos, creemos y queremos.

Defendemos y apoyamos los Consejos escolares, órgano político local de la educación integrado por ciudadanos votados por el pueblo.

La U.C.R. apuesta a la formación cívica y a la educación pública, aquella que indelegablemente debe brindar el Estado. Creemos que la educación democrática forma defensores de las instituciones democráticas, de la Constitución y de un modelo de Nación; los radicales debemos comprometernos urgentemente a obrar para que la idea de que “repensar la Educación, es repensar la Nación”, se convierta en realidad.

Nuestra causa, hoy como ayer, sigue siendo la Causa de los desposeídos y hoy como ayer, seguimos creyendo que el camino para que nuestro pueblo, y sus habitantes, vivan cada día mejor, es la Educación Pública.