Señor Intendente Municipal, autoridades municipales, educacionales, eclesiásticas, fuerzas de seguridad, señoras y señores alumnos.

Qué difícil resulta poner en palabras ordenadas y coherentes un texto que represente de manera sintética el sentido de esta guerra desgarradora que hoy recordamos especialmente..

Ninguna guerra, en verdad, puede ser valorada sin dolor e impotencia. Pero esta significó para los argentinos un hito insoslayable de nuestro pasado reciente. Reciente para nosotros , los adultos, que vivimos la experiencia de ser de una u otra manera protagonistas de tan irracional y aberrante decisión política….pero lejana, y tal vez incomprensible, para los jóvenes que aún ni siquiera habían nacido.

No voy a mencionar las razones de derecho, geopolíticas e históricas que nos hacen legítimamente dueños de esas tierras entrañables. No quiero volver a revivir las traiciones apátridas de la Junta Militar que tan inescrupulosamente violentó la vida de un pueblo de paz, crédulo y hasta utópico. No quiero insistir en las ambiciones colonialistas incalificables de la Gran Bretaña conservadora de la Sra Thatcher. Pero sin embargo, no quiero perder la memoria para transmitirles, especialmente a los jóvenes, esa galería de imágenes desgarradas que quedaron para siempre en los argentinos.

Por aquellos días, mientras las radios nacionales nos anunciaban el desembarco de nuestros compatriotas en Malvinas, un pueblo entero, levantaba su mirada hacia el sur y acompañaba, postergando todo, a los jóvenes que hacia allá partían con la convicción, el miedo y la valentía de los grandes, a recuperar la historia perdida.

Los andenes de los trenes se transformaron en espacios de abrigo y de húmedos abrazos infinitos, en los que transcurrían cientos de manos apretadas, besos jamás dados, murmullos entrecortados, acordes espaciados de alguna guitarra recién pulsada, barbas incipientes, pechos desgarrados y palabras que cualquier gran poeta hubiera recogido para escribir su obra más plena de amor y esperanza.

El pueblo dio todo y los jóvenes su vida. Arriamos con dolor visceral nuestra bandera y asistimos al izamiento colonial de la bandera británica, mientras los acordes triunfales de nuestro Himno recuperaban la gloria de un pueblo, que juraba morir por las causas más nobles de la nación.

Esta fue la última perversa trampa que nos tendió el Gobierno Militar. Por nosotros y por los que allá quedaron simentando la patria. Por ellos y por nosotros que los abrigamos en cada paso que damos como nación, tengamos memoria y construyamos las alas de la patria , para despegar de las miserias de los hombres que creen construir el poder.

Que esta fecha siga siendo un hito en el que abrevemos la esperanza de poder escribir, sin postergaciones, la historia que nos merecemos.

Patricia Alduncin

Gracias Patricia y su flia por el aporte. Tambien queremos agradecer la participacion de su hijo Simon Fahey quien, seguido al discurso, canto "Con las Alas del Alma". Seria interesante que un porcentaje mayor de la población participara de estos actos conmemorativos ya que con el pasado formamos el futuro.

Desde ya, como notamos la ausencia del resto de los medios de comunicacion maipuenses, este articulo queda al alcance para quien quiera COPIARLO Y PUBLICARLO. Saludos de Altajoda Maipú

Señor Intendente Municipal, autoridades municipales, educacionales, eclesiásticas, fuerzas de seguridad, señoras y señores alumnos.

Qué difícil resulta poner en palabras ordenadas y coherentes un texto que represente de manera sintética el sentido de esta guerra desgarradora que hoy recordamos especialmente..

Ninguna guerra, en verdad, puede ser valorada sin dolor e impotencia. Pero esta significó para los argentinos un hito insoslayable de nuestro pasado reciente. Reciente para nosotros , los adultos, que vivimos la experiencia de ser de una u otra manera protagonistas de tan irracional y aberrante decisión política….pero lejana, y tal vez incomprensible, para los jóvenes que aún ni siquiera habían nacido.

No voy a mencionar las razones de derecho, geopolíticas e históricas que nos hacen legítimamente dueños de esas tierras entrañables. No quiero volver a revivir las traiciones apátridas de la Junta Militar que tan inescrupulosamente violentó la vida de un pueblo de paz, crédulo y hasta utópico. No quiero insistir en las ambiciones colonialistas incalificables de la Gran Bretaña conservadora de la Sra Thatcher. Pero sin embargo, no quiero perder la memoria para transmitirles, especialmente a los jóvenes, esa galería de imágenes desgarradas que quedaron para siempre en los argentinos.

Por aquellos días, mientras las radios nacionales nos anunciaban el desembarco de nuestros compatriotas en Malvinas, un pueblo entero, levantaba su mirada hacia el sur y acompañaba, postergando todo, a los jóvenes que hacia allá partían con la convicción, el miedo y la valentía de los grandes, a recuperar la historia perdida.

Los andenes de los trenes se transformaron en espacios de abrigo y de húmedos abrazos infinitos, en los que transcurrían cientos de manos apretadas, besos jamás dados, murmullos entrecortados, acordes espaciados de alguna guitarra recién pulsada, barbas incipientes, pechos desgarrados y palabras que cualquier gran poeta hubiera recogido para escribir su obra más plena de amor y esperanza.

El pueblo dio todo y los jóvenes su vida. Arriamos con dolor visceral nuestra bandera y asistimos al izamiento colonial de la bandera británica, mientras los acordes triunfales de nuestro Himno recuperaban la gloria de un pueblo, que juraba morir por las causas más nobles de la nación.

Esta fue la última perversa trampa que nos tendió el Gobierno Militar. Por nosotros y por los que allá quedaron simentando la patria. Por ellos y por nosotros que los abrigamos en cada paso que damos como nación, tengamos memoria y construyamos las alas de la patria , para despegar de las miserias de los hombres que creen construir el poder.

Que esta fecha siga siendo un hito en el que abrevemos la esperanza de poder escribir, sin postergaciones, la historia que nos merecemos.

Patricia Alduncin

Gracias Patricia y su flia por el aporte. Tambien queremos agradecer la participacion de su hijo Simon Fahey quien, seguido al discurso, canto "Con las Alas del Alma". Seria interesante que un porcentaje mayor de la población participara de estos actos conmemorativos ya que con el pasado formamos el futuro.

Desde ya, como notamos la ausencia del resto de los medios de comunicacion maipuenses, este articulo queda al alcance para quien quiera COPIARLO Y PUBLICARLO. Saludos de Altajoda Maipú